Ana Fresno: «Hay que hacer un esfuerzo por encontrar estrategias de prevención o tratamiento»
Literalmente, Ana Fresno Herrero vive en un universo desconocido. Tan vasto, por pequeños que puedan ser sus habitantes, que abruma. Quizás por eso entre sus pasiones está la meditación y el yoga. Hay que tener la mente muy despejada, muy preclara, para sumirse en el mundo de las bacterias.
Microbióloga y docente e investigadora en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidade de Santiago de Compostela en el Campus Terra, el pasado verano dio un giro de 180 grados a su vida. Bueno, a la suya y de su familia.
Decidió volver de Dinamarca, donde durante más de una década ejerció como investigadora y profesora titular en la Universidad, para acogerse al Programa Beatriz Galindo, la iniciativa gubernamental para recuperar a parte de ese talento que habita más allá de nuestras fronteras. La decisión no era del todo fácil. Con ella viajaban también sus dos niños y su marido, danés.
El trabajo actual de Ana Fresno en el Campus Terra está muy enfocado en el contexto One-Health, algo así como de la granja a la mesa. Un campo trufado de desafíos. También de oportunidades.
De todo ello, y de mucho más, hablamos con ella en esta entrevista.
-Se licenció en Biología por la Universidad de Oviedo en el 2002 y, con el paso de los años, se especializó en áreas como la patogénesis molecular de infecciones bacterianas, zoonosis, resistencia a antibióticos e interacción bacteria-hospedador. ¿Cómo surgió su interés en este ámbito?
-Mi colaboración en la Universidad empezó de manera voluntaria. Estuve un año haciendo tareas de investigación en el laboratorio a tiempo completo antes de conseguir mi primer contrato pre-doctoral de la FICYT (Asturias). Al acabar la carrera, mis pasiones era la docencia a nivel universitario y la investigación. Y eso era lo que quería hacer en mi futuro.
Soy fan de la investigación desde que empecé la Tesis: me gusta concebir ideas y plasmarlas, innovar, escribir artículos científicos, supervisar trabajo investigador, la comunicación y transferencia del conocimiento… pero no del laboratorio – para mí son 2 cosas distintas. Diría que soy una persona de letras con un corazón científico.
El tiempo de Tesis Doctoral fue duro porque el trabajo de laboratorio como tal no me gustaba mucho y creo que estaba lejos de ser la mejor. ¡Eso sí mis directoras de Tesis eran fantásticas! Me apoyaron en todo momento.
-Estuvo más de una década en Dinamarca, donde realizó un postdoctorado y trabajó como profesora asociada y profesora titular. Echando la vista atrás, ¿qué aprendió durante esta experiencia? ¿Es muy diferente la universidad danesa de la gallega?
-Estos 12 años en Dinamarca, han sido los mejores no sólo desde el punto de vista personal (hice una familia de amigos para toda la vida, conocí a mi pareja y tuve a mis 2 hijos) sino también desde el profesional: he producido muchos artículos científicos, participado en diversos proyectos de investigación nacionales e internacionales, supervisado un gran número de estudiantes de muchas culturas diferentes: China, África, Brasil…
Además, como docente, coordiné mis propios cursos. Optimicé el inglés, aprendí danés. La experiencia no ha podido ser más enriquecedora. En estos años también me he dado cuenta de qué tipo de persona y líder quiero ser en la academia: una combinación de mis mentores; entusiastas, honestos, agradecidos, humildes, colaboradores, protectores, anti conflictos….
Y sin dudad, la Universidad danesa es muy diferente, yo lo llamo “el primerísimo mundo”. La gallega no está mal, pero hay cosas que se tienen que mejorar y echo de menos muchas cosas; reuniones, interacción con mis compañeros, más entusiasmo científico y participación en la investigación por parte de ciertos grupos, más manos que ayuden, más recursos, más calma, menos burocracia, más transparencia y menos conflictos.
Y nada que ver el gallego con el danés ¡jajaja!
Gracias a mi contrato con la Universidad danesa, fui profesor visitante en una Universidad en Tanzania. La experiencia no pudo ser mejor. Aprendí muchísimo. Iba a dar clases a estudiantes africanos de diferentes países y las mejores lecciones las he recibido yo sin duda.
Dinamarca me ha dado mucho, hasta la nacionalidad (soy danesa también) y no puedo estar más agradecida a ese país del Norte por todo lo que me ha aportado. Mi intención es seguir con colaboraciones allí y viajar siempre que pueda.
-El año pasado aterrizó en el Campus Terra de la mano del programa Beatriz Galindo. ¿Qué supuso para usted regresar a España después de tanto tiempo?
-Fue bastante shock. Para empezar, soy asturiana, no hablo gallego, no conocía Lugo, mi marido es danés y no habla español. Él dejó su trabajo por esta aventura familiar y tenemos 2 niños de 2 y 5 años, sabía que era un reto en muchos sentidos. Al inicio, me encontré con mucha confusión en mi ambiente universitario… ahora parece que las cosas van poniéndose en su sitio, con esfuerzo y ganas, eso sí. También ha habido gente (personas vitamina) que han puesto su gran granito de arena y han hecho que todo fuese más fácil.
Me gusta la idea de que empiezo a tener muy claro que yo sí sé lo que he venido a hacer aquí y porqué…y eso es lo importante. Quiero crear mi “primer mundo particular académico” que se acerque a lo que conocí en Dinamarca; con investigación activa, cumpliendo con la parte que me toca como docente, huyendo de los conflictos…haciendo lo que me gusta.
En general creo que fue la decisión acertada. Estoy aún valorándolo, es pronto para afirmar esto, espero que sí. Es sin duda una oportunidad. Estoy muy agradecida al programa Beatriz Galindo, a la USC por acogerme y a las personas de la USC que mostraron la “expresión de interés” porque yo viniera.
-¿En qué líneas de investigación se centra en la actualidad?
-Yo soy microbióloga y estoy en el Departamento de Bioquímica y Biología molecular. Mi perfil es bastante multidisciplinar: abarca ciencias veterinarias, alimentos…Quiero que mis líneas se centren mucho en microbiología molecular; bacterias y técnicas de biología molecular. Luchar frente a las bacterias resistentes a los antibióticos. Encontrar alternativas al uso de los mismos o nuevos compuestos: Por ejemplo, enviaré próximamente un proyecto a una convocatoria nacional donde pretendo descubrir nuevos compuestos con efecto antibacteriano qué se puedan emplear en el tratamiento de infecciones urinarias.
Sigo con mis colaboraciones en Dinamarca: un proyecto de virus que acaba de arrancar que me concedieron como investigadora principal, un proyecto europeo en marcha y la supervisión de 4 estudiantes de Doctorado, 2 de ellos acaban de empezar.
-Enfocó su tesis doctoral en la caracterización molecular de plásmidos y cepas de Salmonella. ¿Cuáles fueron sus principales hallazgos? ¿Qué otras bacterias ha estudiado durante su carrera profesional?
-En una época en la que la secuenciación arrancaba y era carísimo, conseguí caracterizar/secuenciar un plásmido (un elemento genético que se puede transferir entre bacterias) de gran tamaño en ese momento, que contenía factores de resistencia a antibióticos y factores de virulencia: es decir, hace que las bacterias que lo adquieran dispongan de un mayor arsenal de elementos de virulencia y de resistencia a antibióticos.
También estuve involucrada en estudios de seguimiento y vigilancia epidemiológica y en desarrollo y optimización de protocolos de identificación y seguimiento de clones de Salmonella. Otras Bacterias en mi carrera profesional además de Salmonella: E. coli, bacterias lácticas como Lactobacillus, y he trabajado con muchas otras, pero esas son mis mascotas favoritas.
-¿Qué aplicaciones puede tener su trabajo en el día a día?
-Trabajo en el contexto One-Health (una única salud) y es ahí donde veo varias aplicaciones potenciales. Una de mis técnicas favoritas es TraDIS, que implica la creación de librerías transposómicas en un microorganismo en particular y que nos permite descubrir factores diana para nuevas estrategias terapéuticas: de prevención como vacunas o de tratamiento como nuevos antibióticos frente a diversas bacterias patógenas causantes de enfermedad. También contribuyo a entender cómo la bacteria interacciona con su huésped, los mecanismos de patogenicidad.
He trabajado en proyectos sobre desarrollo de vacunas en producción animal y actualmente me han concedido un proyecto sobre desinfección de virus con productos sostenibles (por ejemplo, más sostenibles y seguros que la lejía).
-Su labor también debe de ser esencial para garantizar la seguridad alimentaria.
-Sí, sin duda. Mi último trabajo en Dinamarca era como Profesora Titular en el Departamento de Microbiología Alimentaria e Higiene. Participé en proyectos de sostenibilidad, di clases sobre seguridad, sostenibilidad alimentaria e higiene. Trabajé con probióticos y el control de bacterias zoonóticas (que se trasmiten a lo largo de la cadena alimentaria: animales-alimento/agua-hombre). He trabajo con los veterinarios en la Universidad de Copenhague y en alimentos en la DTU en proyectos estrechamente relacionados con salud humana, en definitiva, One-Health 100%.
-En un contexto donde muchas bacterias están desarrollando resistencia a los principales antibióticos, la investigación cobra todavía más importancia. ¿Qué alternativas podrían sustituir o complementar los antibióticos?
-Hay que hacer un esfuerzo por desarrollar nuevas vacunas y otras estrategias de prevención o tratamiento: probióticos (las bacterias buenas que viven en nosotros y que nos podemos comer), terapias basadas en fagos (virus que atacan específicamente a una bacteria causante de enfermedad), nuevos antibióticos y optimizar el uso de las mismas frente a patógenos.
-¿Qué tecnologías emplea en su día a día y qué innovaciones tecnológicas pueden impactar más en su campo?
-Mi técnica favorita es la que mencioné anteriormente TraDIS, altamente innovadora. También me interesan y he empleado CRISPR-Cas, otras técnicas de mutagénesis, infecciones de cultivos celulares, modelos animales…
-Actualmente compagina su labor como investigadora con su papel como profesora en el grado de Bioquímica, formando a los investigadores del futuro. ¿Qué perfiles va a necesitar el mercado en los próximos años?
-Como bien dice mi amiga Patricia [López], Ramón y Cajal en el Campus Terra, sin duda un perfil multidisciplinar. En el contexto de One-Health, con experiencia en desarrollo de productos sostenibles, perfiles conocedores de la inteligencia artificial, capaces hacer investigación frente a la siguiente pandemia: la que implica la multirresistencia a los antibióticos.
También son y serán interesantes perfiles que estudien en profundidad nuestra microbiota (el segundo cerebro) y su interacción con los microorganismos que son capaces de causar enfermedad.