Vacas y maíz, clima, huertas, lenguados y mejillones, castaños, carreteras o envases; así son las nuevas investigaciones del Campus Terra
Ya lo decía Homero: «La unión hace la fuerza». Y este podría ser, en síntesis, el punto de partida de los primeros proyectos colaborativos activados desde el Campus Terra de la Universidad de Santiago de Compostela en esta nueva etapa. Una serie de investigaciones centradas en temáticas muy diversas y en las que participan y trabajan conjuntamente distintos grupos de investigación.
Estos proyectos tratan de arrojar luz sobre problemas y necesidades concretas que ya forman parte del corpus de especialización del Campus Terra, como la producción vegetal y animal, la gestión forestal sostenible o la alimentación segura. Pero también de otros ámbitos de carácter más transversal con un impacto crítico en la economía y la sociedad de nuestro tiempo: cambio climático, infraestructuras verdes…
En conjunto, decenas de investigadores del Campus Terra, procedentes de 29 grupos de investigación distintos, conectaron su experiencia y sus conocimientos en campos tan diversos como la agricultura o la producción ganadera y forestal, la acuicultura o las infraestructuras del futuro, por citar algunos ejemplos.
A continuación, os presentamos una descripción de esta primera relación de proyectos colaborativos impulsados desde el Campus Terra.
Agricultura de precisión con maíz forrajero
En una granja pecuaria, la alimentación de los animales puede representar alrededor del 70% de los costes de explotación. Es por ello que cualquier mejora relacionada con este ámbito puede acabar creando un impacto estructural entre agricultores y ganaderos.
Y eso es, precisamente, lo que hace el proyecto colaborativo AGRIPEMAF. Una investigación que pone a disposición de ganaderos y agricultores un nuevo procedimiento para la toma de decisiones a la hora de cultivar maíz forrajero. Una técnica altamente fiable llamada a elevar los estándares de productividad.
Básicamente, los responsables de esta investigación están utilizando los mapas de rendimiento obtenidos por las cosechadoras autopropulsadas de forraje para optimizar la sostenibilidad ambiental y económica de las explotaciones de vacuno de leche.
El legado de las huertas urbanas, a examen
De un tiempo a esta parte, se han convertido en una parte del paisaje de multitud de ciudades, villas y pueblos españoles. Una forma de ocio para algunos, de ayuda para otros. De compañía para casi todos. Las huertas urbanas son hoy un ejemplo singular de una nueva forma de gestionar los espacios urbanos.
Y es esa razón, entre otras, la que ha llevado al grupo NOMOHOLU, integrado por cinco grupos de investigación de cinco áreas distintas, a activar un proyecto colaborativo cuyo título habla por sí solo: «Nuevos modelos de huertas en Lugo y su entorno: saberes agroecológicos, seguridad alimentaria y resiliencia local».
Los ejes de trabajo de esta iniciativa investigadora del Campus Terra orbitarán alrededor de distintas vías de análisis. El conocimiento agroecológico desarrollado al calor de la gestión de estos espacios de producción, el papel que realizan para garantizar la seguridad alimentaria y la aportación de las huertas urbanas en materia de gestión del territorio.
Bienvenid@s a la era de las infraestructuras sostenibles
Con la gestión del territorio, de cómo lo ordenamos y transformamos, está relacionado también el siguiente proyecto colaborativo. El enunciado del mismo es toda una declaración de intenciones: Diseño óptimo de infraestructuras sostenibles (DOIS).
Una investigación de alto nivel con un potencial transversal. Al fin y al cabo, el progreso de cualquier territorio está directamente conectado con la mejora y desarrollo de la red viaria. El proyecto impulsado desde el Campus Terra quiere añadir a este objetivo una derivada igualmente crítica en esta era: la medioambiental y sostenible, en conexión obviamente con la económica y social.
¿Qué propone el proyecto DOIS? Básicamente, utilizar la tecnología para desplegar técnicas de simulación que permitan optimizar el diseño de carreteas, líneas de ferrocarril y caminos forestales.
CLIMIGAL: Cereales, clima, micotoxinas
El siguiente proyecto colaborativo conecta un vector ya abordado previamente en otro proyecto, el maíz forrajero, con una de las grandes preocupaciones de esta era: el cambio climático. Básicamente, el proyecto CLIMIGAL analiza la presencia de micotoxinas (compuestos tóxicos productivos principalmente por especies de Fusarium, Aspergillus y Penicillium) que colonizan cereales y otras materias primas durante las fases de cultivo, transporte, procesado y almacenamiento.
El clima influye de manera decisiva en la incidencia de estas especies. Variables como los aumentos de temperatura y CO2, la intensidad y distribución de las lluvias o los fenómenos meteorológicos extremos podrían afectar tanto a las especies de hongos dominantes como a su capacidad de producir micotoxinas.
Los impulsores del proyecto CLIMIGAL han caracterizado la población de especies de Fusarium en maíz forrajero en Galicia a partir de mazorcas recogidas en campo entre los años 2012 y 2020. Paralelamente, han analizado más de 300 muestras de diversas materias primas, subproductos y ensilados utilizados en la alimentación del ganado vacuno.
En definitiva, un trabajo de alto valor para determinar el impacto del cambio climático en una serie de insumos críticos para explotaciones como las lácteas. Y una vía para profundizar en las garantías de la seguridad alimentaria.
El cambio climático y la fecundidad de las vacas
Que el cambio climático es una de las grandes preocupaciones del momento es un hecho incontrovertible. Una inquietud transversal, de la que nada ni nadie puede sustraerse. Es por eso seguramente que varios de los primeros proyectos colaborativos lanzados desde el Campus Terra tienen esta derivada como un vector central de sus investigaciones.
El objetivo del siguiente que os planteamos habla por sí solo: «Estudio del cambio climático sobre la salud y bienestar, eficiencia reproductiva y calidad de la leche en las explotaciones lácteas de la provincia de Lugo».
La investigación parte de un presupuesto ya confirmado. El THI (índice temperatura humedad) en el invierno fue inferior a 68, mientras que en los meses más calurosos del año se situó por encima de 72. Este dato da cuenta de la aparición de un estrés leve a moderado durante los meses más cálidos, lo que derivó en una serie de consecuencias en las explotaciones lácteas.
Básicamente, peores signos de celo en el verano frente al invierno, además de unos índices de progesterona en sangre más elevados. A consecuencia de todo ello, se registraron peores tasas de fecundidad, de forma significativa en agosto.
SaBeLa, o la salud de los primeros días en una granja láctea
De la importancia de la industria láctea para el sector primario gallego hay pocas dudas. Las cifras lo avalan: más de 1.300 millones de euros de ingresos generados por la venta de leche, líder en producción nacional con 2,9 millones de toneladas… Es por eso que el Campus Terra se ha convertido en una de las puntas de lanza de la investigación y el conocimiento relacionado con esta industria.
Y el proyecto colaborativo SaBeLa es otra muestra más de esa línea de trabajo. Esta investigación analiza las implicaciones relativas a la separación de la cría y su amamantamiento en el vacuno de leche. En concreto, estudia las derivadas relacionadas con la salud y el bienestar animal.
SaBeLa trata de aportar conocimiento de alto valor en relación con esta práctica. ¿Cómo? Utilizando referencias bibliográficas, encuestas de motivación de los ganaderos y mediciones de niveles hormonales del estrés. El objetivo de los impulsores de esta iniciativa es aportar alternativas que, desde un enfoque científico, redunden en la mejora de la salud y el bienestar de los animales.
A las puertas del lenguado de piscifactoría
Y de un alimento a otro. De un pilar de nuestra dieta a otro. En realidad, de un pilar que habrá de ser. Sobre todo, si prosperan investigaciones como la que se está impulsando desde el Campus Terra. Su título puede que sea menos ilustrativo que otros precedentes, pero su importancia para el futuro de la acuicultura a nivel global está fuera de toda duda: «Estudio morfológico y genómico del sistema olfativo del lenguado senegalés (Solea senegalensis) y su papel en la reproducción en cautividad (SOLREP)».
Y es que el lenguado senegalés se ha convertido en una de las especies más prometedoras para la acuicultura europea. Encontrar especies de alto valor que se puedan cultivar, caso de este lenguado, será vital para garantizar los niveles de consumo de pescado habida cuenta de los altos niveles de estrés a los que están sometidos muchos de los grandes caladeros pesqueros a nivel global.
El principal problema en el caso de esta especie tiene que ver con la reproducción. El proyecto impulsado desde el Campus Terra trabaja ya en la comunicación química mediada por el sistema olfativo, clave para superar este obstáculo y progresar en los programas de selección.
Los responsables de esta investigación están abordando la tarea desde una perspectiva multidisciplinar anatómico-genómica con el fin de aportar soluciones al sector acuícola.
BreveRiesgo: Más seguridad al consumir mejillones
Y de una investigación de futuro, pasemos a otra de presente. Solo en Galicia, la industria del mejillón representa el 96% de la producción acuícola de moluscos bivalvos. Las más de 3.000 bateas repartidas por las rías gallegas, especialmente la de Arousa, emplean a unas 18.000 personas de forma directa o indirecta. Garantizar la viabilidad y eficiencia de este sector es, así pues, un compromiso social y económico.
Y esa es una de las razones que ha dado pie al proyecto BreveRiesgo. Una investigación del Campus Terra que trata de analizar el riesgo alimentario potencial asociado a las Brevetoxinas, que podrían llegar al consumidor, a través de la ingesta de mejillones.
Las BTXs se consideran toxinas emergentes en Europa, pero no existe una regulación ad hoc para las mismas. El objetivo de este proyecto colaborativo es evaluar el posible riesgo alimentario de las BTXs a través de estudios de toxicidad oral in vivo que permitan definir las condiciones de inocuidad del marisco.
CASTEXEN, el valor de catalogar el patrimonio forestal
Por su parte, el proyecto CASTEXEN pondrá el foco sobre un tema de enorme relevancia en un territorio como Galicia: la catalogación y puesta en valor del patrimonio forestal. En concreto, esta investigación se propone localizar castaños insertados en cultivares tradicionales de variedades no catalogadas en zonas rurales de montaña.
Para conseguirlo, los investigadores del Campus Terra utilizan modelos MaxEnt y SIX, lo que permite crear un modelo robusto y predictivo. Paralelamente, los impulsores de este proyecto colaborativo realizan tomas de muestras in situ para determinar el análisis genómico SSR de la variedad y la dendrocronológica con el objetivo de datar la antigüedad de los castaños estudiados.
DURAMAIS, un nuevo envase creado en Campus Terra
El último, pero en ningún caso el menos importante de los proyectos colaborativos impulsados desde el Campus Terra ha sido bautizado como DURAMAIS. Y puede suponer un avance muy notable para la industria alimentaria. En un ejercicio de síntesis, el trabajo de los investigadores ha permitido desarrollar films con antioxidantes catalíticos para el envasado activo de alimentos.
Los films de alginato (un polímero orgánico muy habitual en algas) fabricados incorporan un complejo catalítico antioxidante, mimético de las enzimas antioxidantes naturales. Este compuesto regula la concentración de especies reactivas de oxígeno, lo que a la postre permitiría facilitar la conservación de los alimentos envasados.