Patricia González: «Una persona puede emprender sola, pero rodearse y nutrirse de un buen equipo es lo mejor»
16 de abril. Día Mundial del Emprendimiento. Un día donde los protagonistas son la creatividad, la innovación, la valentía y el conocimiento. El éxito, pero también el fracaso. Lanzar un negocio desde cero puede ser tan gratificante como aterrador. Y muchos se quedan por el camino. No obstante, de las manos adecuadas, este viaje es menos arduo. Una de esas manos es Patricia González Alonso.
La técnica de Transferencia y Emprendimiento del Campus Terra pertenece al Área de Valorización, Transferencia y Emprendimiento de la USC, una oficina encargada de escuchar las ideas de los estudiantes e investigadores para analizar la viabilidad de sus proyectos y guiarlos en su despegue hacia el mercado. Durante este trayecto, les ofrecen apoyo en tareas clave como la definición del plan de negocio o la búsqueda de financiación.
La labor de estos profesionales resulta absolutamente crítica para reforzar la conexión y establecer sinergias entre el mundo académico y empresarial. Dos ámbitos que, en ocasiones, pecan de estar demasiado alejados. Pero que, cuando entran en contacto, tienen un potencial abismal.
El área donde trabaja Patricia González Alonso representa el sólido esfuerzo del Campus Terra por impulsar el espíritu emprendedor tanto dentro como fuera de las aulas. Un esfuerzo que se traduce en la puesta en marcha de multitud de programas e iniciativas dirigidos a dar más visibilidad a una salida profesional que, en la mayoría de los casos, no se contempla como la primera opción.
Su objetivo, como nos explica en esta charla, es cambiar esto.
¿Cuál es la misión principal de las Oficinas de Transferencia?
Tiempo atrás, las Oficinas de Transferencia de Resultados de Investigación eran conocidas como OTRIs. En la Universidade de Santiago de Compostela, dentro de la OTRI están el Área de Gestión de la Investigación, el Área de Promoción y Estrategia Científica y el Área de Valorización, Transferencia y Emprendimiento, donde trabajamos.
Nuestro objetivo es transferir y multiplicar el impacto social y económico del conocimiento (Know How) y los resultados generados dentro de la universidad, así como impulsar el emprendimiento dentro de la comunidad universitaria. Lo hacemos a través de la identificación, protección y valorización de resultados de investigación y su transferencia al mercado a través de licencias a empresas o bien a través de la creación de empresas de base de conocimiento (EBC). Además, promocionamos el emprendimiento y la cultura emprendedora dentro de la universidad y de los grupos de investigación.
¿Qué perfiles se pueden ver beneficiados de estas actividades?
Principalmente nos centramos en investigadores que quieren poner en marcha una empresa dentro de la universidad: las spin offs, empresas basadas en el conocimiento. También nos centramos en los universitarios que estudian aquí y que quieren saber qué es el mundo del emprendimiento o que, con un equipo, quieran poner en marcha un proyecto empresarial.
¿Qué tipo de ayuda concreta pueden recibir las personas que acuden a esta área?
Hay ayudas de todo tipo. Tenemos programas de generación de ideas emprendedoras, hackáthones, que hacemos en el campus de Lugo y en el de Santiago. Aquí se denomina Terra Creative Jam, y ya vamos por la tercera edición. Son eventos de creatividad e innovación para que los alumnos que quieren tener conocimiento del emprendimiento generen ideas en un fin de semana, algo muy ligado al brainstorming, para conocerse y trabajar en equipo.
Una vez se tienen las ideas, tenemos dos programas de emprendimiento. Uno es propio, de la universidad: el programa ARGOS, en el que se puede participar con una idea propia o con resultados de investigación de la USC. Es un programa que lleva varios años de andadura, y tiene como objetivo sensibilizar a estudiantes e investigadores para que a través del trabajo en equipos multidisciplinares se elaboren proyectos de negocio viables y se promueva la creación de empresas en el ámbito universitario.
Creemos que la multidisciplinariedad en el equipo es muy importante, que no todos pertenezcan a la misma área de estudios. Por ejemplo, que estudiantes de ADE o Empresa y Tecnología junto con los estudiantes de la EPSE desarrollen un proyecto empresarial conjunto.
Tenemos otro programa de emprendimiento, el programa Explorer. Está promovido por el Banco Santander a través del Centro Internacional Santander Emprendimiento, en el que colaboran la USC y la Xunta de Galicia desde hace bastantes años. Hemos conseguido varios premios a nivel nacional en Santiago y en Lugo quedamos a las puertas de los diez proyectos finalistas a nivel nacional e internacional.
Es un programa de 12 semanas donde los estudiantes participan con ideas, de manera individual o por equipos y se les da formación en materia de emprendimiento para desarrollar esas ideas en proyectos empresariales. Es un programa que no solo se dirige a alumnos de la universidad, sino que es abierto a público de toda la provincia de Lugo y alrededores que les interese participar. Pero estos son programas de pre-incubación, de iniciación.
Aparte, hay otros programas para los alumnos interesados en el emprendimiento y que acabamos de sacar, como el programa ÍCARUS. Este programa, que tiene abierto actualmente un nuevo periodo de participación, se centra en premiar a estudiantes de la USC de cualquier área de conocimiento impartida en la USC que hayan desarrollado TFG, TFM o tesis con un enfoque de aplicación, transferencia e impacto en la sociedad.
También, para promocionar el emprendimiento entre la comunidad universitaria y complementando a estos programas tenemos el Campus de Emprendimiento y los concursos de ideas y proyectos.
Si tengo una idea clara de proyecto, además de esos programas, ¿podrían acompañarme con necesidades concretas que puedan surgir para facilitar el aterrizaje de dicho proyecto en el mercado?
Sí, apoyamos tanto a investigadores como a alumnos. Si los investigadores tienen unos resultados potencialmente transferibles a mercado y tienen en mente crear una spin off, nos sentamos con ellos desde el principio y analizamos la tecnología o el conocimiento que han desarrollado para identificar aquella que puede ser transferible.
Para el aterrizaje del proyecto en el mercado incorporamos figuras como el interim manager, que les ayuda en el desarrollo del proyecto empresarial y del plan de negocio, en la búsqueda de posibles clientes, en la escalabilidad... La spin off la componen investigadores que, normalmente no tienen muchos conocimientos en el ámbito de gestión, por eso ponemos siempre un perfil gestor en el proyecto. Una vez que la empresa se constituya, la idea es que pueda formar parte del equipo promotor.
Por otro lado, muchos alumnos que quieren poner en marcha proyectos nos preguntan qué es emprender o cómo montar una empresa. Nosotros vemos qué idea tienen y si está verde tratamos de canalizarla con programas. Somos coordinadores y mentores, estamos en el día a día trabajando con ellos en el desarrollo de los proyectos.
Cuando vemos que el proyecto ya cuenta con un plan de negocio y viabilidad y está maduro, se pasa de la etapa de preincubación a la etapa de salida e incubación. En este caso el apoyo iría encaminado a la obtención de financiación para lanzar el proyecto. También muchas veces los canalizamos a través de otros programas de incubación y aceleración (Viagalicia, BFFOOD, BFAERO, etc), donde se les apoya con inyección de financiación y asesoramiento para que puedan arrancar.
¿Y cuál es su papel en materia de financiación? ¿Los managers ofrecen consejos para obtener líneas de ayuda o hay una participación más directa?
En las spin offs la USC es socia y entra con un porcentaje del capital. Los apoyamos directamente desde su nacimiento con asesoramiento, con capital y con la búsqueda de financiación... Normalmente, a los cinco años ya tienen estabilidad y podemos salir.
¿Cómo se decide cuándo y cómo invertir?
Nosotros hacemos una auditoría interna para valorar los proyectos surgidos de conocimiento de la universidad que cumplen con los requisitos para ir a Consello de Goberno. A través de este órgano interno se aprueba la participación en la spin off y la transferencia de dicho conocimiento a la empresa para su explotación.
Aparte, tenemos contactos con fondos de capital riesgo que invierten en estas empresas. Como Unirisco, que invierten en proyectos de universidades, y otros fondos de capital que trabajan normalmente con la universidad y con los que tratamos de tener reuniones para presentarles proyectos de la universidad. También en Lugo contamos con LugoTransforma, fondo de capital del Concello, donde tratamos que proyectos de la USC se puedan beneficiar de estos fondos.
Seguro que han impulsado más de un proyecto de renombre…
Algunos son muy conocidos, y otros son más conocidos entre la comunidad universitaria. Algunos que salieron de resultados de investigación del Campus de Lugo son 3edata, TasteLab, iBoneLab. También salió en su día Innolact, pero en aquel momento la universidad no participaba en las empresas.
De las promovidas por alumnos dentro de los programas de emprendimiento está Innogando, que tienen ahora mismo bastante reconocimiento en la digitalización de las granjas, LegalMit o LexDigo, abogadas y emprendedoras luguesas que desarrollaron un SaaS para abogados, así como Aobá Upcycling, que también en Lugo dan una segunda vida a prendas en desuso.
¿Hay muchos proyectos desarrollándose a día de hoy? ¿La participación suele ser estable o está más ligada a la coyuntura del mercado?
Recientemente constituimos XuvenLab Ciencia, el año pasado, y este año constituimos también Agroecology Innovation Advisore. Los investigadores tienen la idea de crear una spin off, pero quizás tienen aversión a lanzarse. Nosotros intentamos canalizarla y acompañar a aquellos grupos muy cercanos a mercados que tienen desarrollos tecnológicos con transferencia clara a la sociedad.
Por otra parte, no muchos universitarios tienen siempre ideas emprendedoras. Aquí tenemos complicaciones y se necesita mucho más conocimiento y promoción de la cultura emprendedora, la innovación y la creatividad en todas las etapas académicas.
Tenemos un problema, porque tratamos de promover el emprendimiento, pero a los estudiantes se les suele recomendar opositar o trabajar para una empresa. Emprender no lo suelen ver como una salida profesional segura. Montar una empresa por cuenta propia no suele ser la primera opción y quizás el pensamiento erróneo y el miedo a fallar como algo negativo. El ámbito empresarial les gusta, tienen ideas y quieren participar, pero pocos tienen la madurez suficiente para hacerlo…
Falta más apoyos desde el ámbito familiar y académico y que se vea el autoempleo y emprender como una vía para labrarse una carrera profesional.
Para finalizar, ¿qué tiene que tener un proyecto para que vean potencial? ¿Hay algún denominador común para que salga adelante?
Hay dos puntos críticos y muy relevantes de cara a que un proyecto tenga cabida en el mercado. Tiene que tener potencial innovador. No tiene que ser rompedor, pero sí cubrir un nicho de necesidad no cubierto. Y tiene que estar promovido por un equipo. Una persona puede emprender sola, pero rodearse y nutrirse de un equipo es lo mejor.
Estas son dos de las cosas que más se valoran en el emprendimiento y que más valoran los posibles inversores. Que el equipo esté bien configurado y que el proyecto tenga potencial innovador y escalabilidad, además de que haya mercado para ese producto o proyecto.
Desde el Campus colaboramos con otros agentes del ecosistema emprendedor como son la Fundación de la Confederación de Empresarios de Lugo o el vivero del Concello de Lugo, Cei Nodus. Los proyectos que salen del Campus se alojan en los viveros de empresas de ambas entidades. También desde el Campus colaboramos con aceleradoras ya comentadas anteriormente, BFAero, BFFood, Viagalicia…