Ana Barreiro: «El uso de antibióticos en la cría de ganado puede suponer un riesgo de contaminación»
El suelo es esencial para la vida. Ulises, que se arrodilló para besarlo tan pronto regresó a Ítaca, lo sabía mejor que nadie. En la tierra crecen los alimentos y se levantan los hogares. Pero las actividades humanas dejan en ella una huella muy profunda. Ana Barreiro se dedica a observarla muy de cerca.
Licenciada en Biología y doctora cum laude en Medio Ambiente y Recursos Naturales, la investigadora del Campus Terra centró su tesis en el impacto de los agentes de extinción de incendios y las prácticas de restauración post-incendio sobre la microbiota del suelo. En el 2017 viajó hasta Suecia para continuar su carrera en la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas (SLU) y, tras cuatro años, volvió a su universidad de origen con un contrato Juan de la Cierva.
En la actualidad, Ana Barreiro forma parte de la Unidad de Gestión Ambiental y Forestal Sostenible (UXAFORES), donde analiza cómo los usos humanos de los suelos afectan a los microorganismos y examina la influencia de los antibióticos usados para el ganado y en medicina humana, que pueden llegar a los suelos a través de purines y lodos de depuradora y desde ahí pueden incorporase en la cadena trófica.
La doctora conjuga estas líneas de investigación con la participación en un grupo de expertos de la Comisión Europea y con la docencia, pues imparte clases sobre Geología y Climatología en el Grado en Ingeniería Agrícola y Agroalimentaria y en el Grado en Ingeniería Forestal y del Medio Natural del Campus Terra.
Aun así, Ana Barreiro logra encontrar tiempo para cultivar su afición por la música tradicional gallega. En concreto, por la pandereta, instrumento que tocaba en un grupo de música folk. Y, para mantener los pies en la tierra, asiste a clases de baile tradicional en una asociación de Lugo.
Conversar con ella, sin duda, nos ayuda a comprender mejor el mundo que pisamos…
-Usted es especialista en ecología microbiana y es la responsable del Laboratorio de Microbioloxía do Solo de la EPSE en el Campus Terra. ¿Cuáles son las bases de su trabajo? ¿En qué actividades están centradas?
-Soy responsable de un laboratorio de microbiología del suelo que está en la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería. Mi trabajo se centra en el análisis de cómo los microorganismos del suelo, que son indispensables para tener un suelo sano, productivo y con capacidad para fijar C atmosférico, se ven afectados por los manejos que hacemos de los mismos, tanto forestales como agrícolas, desde el punto de vista de la actividad microbiana y de la estructura de la comunidad.
-Uno de los últimos proyectos de investigación del grupo UXAFORES al que pertenece se centra en analizar la contaminación de los suelos derivada del uso de antibióticos en el ganado. ¿Cuál es la dimensión del problema? ¿Surge esta investigación de alguna aproximación previa o van a valorar la realidad del mismo?
-El uso de antibióticos en la cría de ganado puede suponer un riesgo de contaminación por estos compuestos en el medio ambiente, porque los animales pueden excretar hasta un 85% por las heces y la orina acabando en los estiércoles y purines que se añaden a los suelos agrícolas como fertilizantes. Existe un riesgo de transferencia de los antibióticos del suelo a la planta, pero eso va a depender de las propiedades del suelo y de las del fármaco. En este sentido, muchos suelos tienen una elevada capacidad de adsorción de algunos antibióticos, evitando su entrada en la cadena alimenticia. Si no, pueden afectar a la salud medioambiental e incluso a la salud humana; pero el problema más grave que causan es la generación de bacterias resistentes a antibióticos.
España está entre los países de Europa donde mas antibióticos se le suministra a los animales de granja y Galicia no es una excepción. Visto el alcance del problema, la propia Unión Europea propuso una ley en el 2022 que regule y limite el uso de estos fármacos.
Sin embargo, hay una excepción, los antibióticos ionóforos, que se usan para luchar contra la coccidiose. Estos compuestos pueden seguir usándose como aditivos en la comida de los animales, cosa prohibida con el resto de antibióticos, y no necesitan prescripción veterinaria.
El proyecto en el que estamos trabajando busca detectar la presencia de antibióticos en suelos fertilizados con purines y estiércoles de animales medicados, centrándonos especialmente en los anticoccidios. Nuestro objetivo es valorar cómo está la situación en Galicia respecto a estos compuestos, pero partimos de un proyecto previo del grupo donde se detectó la presencia de antibióticos de uso humano en suelos donde se añadieron lodos de depuradora.
-En caso de que detecten alteraciones significativas de los suelos en determinadas zonas con una actividad ganadera relevante, ¿Cómo se podría combatir el problema? No parece fácil atenuar el uso de antibióticos en la industria, ¿no?
-Una de la maneras de combatir el problema sería favorecer la adsorción de los antibióticos por los suelos, para así evitar su paso a los cultivos o a cursos de agua. En este sentido, en este proyecto también vamos a estudiar cómo podemos utilizar distintos subproductos de las industrias campo-forestales y alimentarias como bioabsorbentes de estos compuestos. Trabajamos con subprodutos como la concha de mejillón, ceniza y corteza de madera, o residuos de la producción de aceite de oliva.
El uso de antibióticos en la industria favorece que los animales estén sanos y sean productivos. Pero sería apropiado atenuar su uso, al aplicarlos con más precisión, medicando solo los animales que realmente están enfermos, pero no es fácil eso y cierto. Las normativas a nivel europeo siguen este camino, por lo cual yo espero que a medio-largo plazo esta sea una realidad.
-Se incorporó al grupo UXAFORES en el año 2021 con una ayuda Juan de la Cierva, ¿Cómo valora esta etapa después de 3 años de trabajo?
-La valoración es muy positiva. En el ámbito profesional me integré en un grupo muy activo, que hace investigación en distintos temas, favorece la colaboración con investigadores de otros campos y apoya a los investigadores más nuevos, como es mi caso. En el ámbito más personal, el ambiente de trabajo es inmejorable. En general, estoy muy contenta de ser parte de UXAFORES.
-UXAFORES es un grupo de investigación 360: suelos, nutrición vegetal, planificación forestal, usos de la madera, plagas, incendios… Hoy más que nunca lo que ustedes hacen, que es en definitiva cuidar del planeta y, por extensión, de la sociedad en su conjunto, es más crítico y decisivo que en ningún otro momento de la historia. ¿Son conscientes de eso?
-No sé hasta que punto somos conscientes o no de la importancia de nuestra investigación, supongo que depende de la persona. En mi caso, creo que lo que hago es importante para conocer mejor nuestros suelos, que son la base de la vida, y también creo en la importancia de divulgar este conocimiento entre los distintos agentes sociales.
El cambio climático llegó para quedarse, y estudios como los que se realizan en nuestro grupo son clave para conocer y cuidar mejor el medio ambiente en esta situación adversa.
-Entre el 2017 y el 2021 trabajó en la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas. ¿Cómo valora esa etapa de su vida? ¿Con qué se queda de su estancia en Suecia?
-Fue una etapa muy buena, de la que tengo recuerdos muy bonitos. Trabajé con gente de muchos países diferentes, que a día de hoy aún son amigas y amigos. Aprendí cosas nuevas, superando los distintos retos que me fueron poniendo en el camino, lo que me ayudó a crecer como investigadora. De la estancia me quedo con la gente que tuve la suerte de conocer, y de la noción de que no hay una sola manera de trabajar en ciencia, y todas son válidas.
-En la SLU trabajó en el proyecto internacional Bioinvent y su labor fue clave porque estableció la técnica PLFA que determinó el éxito de la iniciativa. ¿En qué consistió esa aportación?
-Aprendí esta técnica, que consiste en la caracterización de la comunidad microbiana de los suelos mediante su perfil de ácidos grasos, durante la realización de mi tesis de doctorado en el Instituto de Investigaciones Agrobiolóxicas de Galicia, del CISC. Cuando me incorporé al proyecto Bioinvent en la SLU, esta técnica formaba parte de la propuesta, pero no estaba puesta a punto en los laboratorios de la universidad, tarea de la cual me encargué yo.
Una vez hecho ese trabajo, analizamos con éxito las 348 muestras de diferentes praderas del proyecto y publicamos los resultados en una revista científica.
-También es miembro de un grupo de expertos de alto nivel de la Comisión Europea en el que establecen recomendaciones para diseñar y estructurar las propuestas legislativas relacionadas con la agricultura ecológica. ¿Cuál es su papel dentro de este grupo y hacia dónde se encaminan sus propuestas?
-El nombramiento como miembro de este grupo es bastante reciente. Mi papel consiste, junto con otras investigadoras e investigadores de distintos países de Europa, en hacer recomendaciones basadas en el conocimiento científico y elaborar informes con las mismas que se ponen a disposición de los distintos estados miembros de la Unión Europea. Ahora mismo, estamos trabajando en la regulación de los fertilizantes que se usan en la agricultura ecológica.